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MUJERES, PARTICIPACIÓN POLÍTICA Y PODER: DESAFÍOS HACIA UNA NUEVA FORMA DE CONSTRUCCIÓN POLÍTICA

Imagen: Primera votación con participación de mujeres en Provincia de Buenos Aires

En nuestro país, como seguramente en todo el mundo, a las mujeres les ha costado el doble alcanzar objetivos con respecto a los hombres. Pero la realidad las encuentra a todas, en la lucha, en la búsqueda de consensos, en la generación de las ideas y en la búsqueda de los espacios de participación, pero esencialmente en los espacios de compromiso. El andamiaje legal de nuestro país, ha crecido a paso firme en este sentido, no quizás en el poco tiempo que hubiéramos deseado, pero las mujeres reclamaron desde siempre la equiparación cívica-jurídica con los varones.

Es la ley Sáenz Peña la que marca un hito en la historia política nacional y les reconoce el derecho al sufragio a los hombres, solamente. Pero esto no fue un freno para ellas, por el contrario, continuaron en la búsqueda de las conquistas y la obtención del derecho a sufragar, participaron en el Acta de Chapultepec y firmando la carta de Naciones Unidas, no alcanzaron estos hechos para materializar lo que más anhelaban. Pero en el año 1949, y de la mano de la incansable y luchadora María Eva Duarte de Perón, “Evita”, organizó la Rama Femenina del Peronismo, logrando cupos del 33% en la estructura del partido y también replicando ese logro en los parlamentos: que más tarde sufrieron los avatares de la política, con avances y retrocesos, pero que, en definitiva: materializaron una realidad, que convirtió a las mujeres en herramientas e instrumentos para el ejercicio del poder.

No se puede hablar de esta conquista, sin evocar el pensamiento y la acción de Evita, que impactó en el imaginario colectivo de sus contemporáneos y de las generaciones que le siguieron. El proyecto de ley que otorgaba los derechos cívicos y políticos a las mujeres, dándoles el derecho al voto (Ley 13.010) se aprobó por unanimidad. Ante tan enorme suceso acontecieron episodios, que lamentablemente desalentaron la participación de la mujer en la política, porque los porcentajes se vieron cercenados.

Se interrumpe la democracia y en el año 1983 vuelven las mujeres a integrar equipos profesionales, intelectuales y elaboran plataformas partidarias, pero aún quedaban afuera del poder. A mediados del año 1991 se sancionó la ley 24.012 la que finalmente obliga a los partidos políticos a incluir al menos un 30% de mujeres en sus listas, con posibilidades de resultar electas. De esta manera Argentina se transforma en el primer país del mundo que adopta una cuota mínima de candidaturas legislativas, esto las empodera y nutridas de experiencias internacionales como Alemania, Italia y España, se suman a los núcleos de parlamentarias y sindicalistas que presionaban permanentemente, por materializar las conquistas.

La reforma constitucional del año 1994 elimina toda forma de discriminación de las mujeres y establece la necesidad de promover medidas de acción positiva que garanticen la igualdad real de oportunidades y de trato, el pleno goce y ejercicio de los derechos humanos en particular respecto del niño, mujeres, ancianos y personas con discapacidad.

Más tarde, las provincias adhirieron a la famosa ley de cupos y es así que nuestro país ocupa el cuarto lugar en el mundo y el primero en el continente americano en la representación parlamentaria de las mujeres. Y no fue un tema menor sacar a las mujeres de la oscuridad de los partidos políticos y visibilizarlas en el ámbito social, así, se fueron superando algunos estereotipos, con respecto a su capacidad. En la actualidad, el 18,6% de las bancas en los parlamentos están ocupadas por mujeres, lo que constituye un aumento del 60% desde 1995. Sin embargo, en la cuarta parte de los parlamentos la participación de las mujeres todavía es inferior al 10%.

En nuestra provincia, si bien históricamente las mujeres han sido relegadas y postergadas, se empezó a ver un cambio a partir de la ley de paridad que en Salta se comenzó a aplicar en 2016. Se ganó en notoriedad y la ley fue trascendente para lograr participación. Es así que el 10 de noviembre de 2019, se marcó un hito en nuestra historia provincial, cuando se consagró Intendenta de la ciudad a la primera mujer, Dra. Bettina Romero, quien aseguró que “las transformaciones las hacemos entre todos”, demostrando excelencia y capacidad en su gestión.

Imagen: Dra. Bettina Romero durante una sesión en la legislatura salteña

En conclusión, si bien la Argentina tiene fortalezas en el marco legal que protege los derechos humanos de las mujeres, promoviendo su participación en la vida política en condiciones de igualdad, nuestro país no cuenta con una ley de igualdad de género de carácter general, que incorpore metas y acciones de igualdad en los distintos sectores y áreas del Estado.

Argentina tiene el gran desafío de volver a promover y aprobar importantes reformas, esta vez desde una perspectiva paritaria, para garantizar un ejercicio igualitario y efectivo de los derechos políticos de las mujeres y mejores condiciones para dicho ejercicio.

Para que la situación de las mujeres mejore en nuestro país, no se precisa solo de cambios a retazos, con unas cuantas leyes; se necesita de una transformación real de la sociedad en la que los roles de las mujeres cambien definitivamente para que adquieran su derecho pleno de ciudadanía y participen igualitariamente con el hombre en todos los aspectos de la vida.

Necesitamos que se las mire por lo que son, una fuerza vital y trascendente que puede irrumpir con autenticidad y patriotismo en la vida nacional e internacional para cambiar su propio destino y el de los ciudadanos.

 

 

 

 

Fuente: Infobae. www.elpais.com

Por Marilina Barahona