La mujer salteña es muy solidaria, es de ayudar sin un “No”- Nelly Herrera
Una pequeña puerta no da indicios del gimnasio amplio y colorido que te espera al entrar. Nelly llega apurada tras un breve café en la esquina, la energía en un instante se convierte en ella, fluye por su cuerpo con naturalidad y se tramite en sus gestos, en su risa, en su saludo o en su mirada. Recurre a la empatía sin esfuerzo y se conecta a sus emociones sin buscarlo. Habla rápido en una lucha contra el tiempo, siempre escaso, que le permita expresarse, bucea en sus recuerdos, en sus sueños y en sus miedos y lo que piensa y lo que siente sale de su boca sin filtrase.
¿CÓMO ES LA MUJER SALTEÑA?
“Con todas las edades que puedo ver en mi trabajo, que es un grupo muy heterogéneo, desde adolescentes hasta mayores de 70 años, puedo decir que son muchas tímidas, introvertidas y muy solidarias. La mujer salteña es muy solidaria, es de ayudar sin un “no” y en forma inmediata. Es luchadora también, le toca enfrentar a veces a casos de violencia, de abuso, de separación, y se observa que la mujer se independiza por equis situación y lucha para salir adelante sola por sus hijos y por ella misma”.
“Es conservadora también, le cuesta bastante abrirse a lo nuevo, a aceptar las nuevas generaciones. Las personas mayores si bien han cambiado su forma de pensar, en el hecho de que la mujer trabaje por ejemplo, aún resta bastante por hacer. Los cambios se perciben mejor en las generaciones más jóvenes”.
“Muchas veces se cae en el juzgar fácilmente, por ejemplo, piensan que yo no tengo hijos porque lo único que me importa es trabajar y mi cuerpo, y es en realidad porque ellas se encasillan en casarse y tener familia, es positivo que esto cambie con las generaciones más jóvenes, ahora vemos jovencitas más audaces y decididas, mujeres que se atreven a romper barreras y mitos”.
“A veces veo que hay mujeres que llegan a obsesionarse con tener un hijo porque creen que solamente una familia se forma con un niño. Pero la persona que elegís como compañero pasa a ser tu primera familia, si tenés la dicha o bendición de tener un hijo, bienvenido sea, sino quizás simplemente tenés otra misión en la vida”.
“La mujer salteña es valiosa: es muy de la casa, de su hogar, es muy solidaria, es de juntarse con la familia y es de las que lucha por lo que quiere y por los que quiere”.
¿QUE SE PODRÍA HACER PARA MEJORAR LA SITUACIÓN DE LAS MUJERES HOY? ¿CUÁLES SON LOS DESAFÍOS?
“Salta es una provincia netamente machista, doy un ejemplo sencillito: ¡Zumba! aquí los hombres no vienen a bailar porque es algo fácil, se autodiscriminan porque para ellos es algo “liviano”, “para mujeres”. No hay un género mejor que el otro, ni uno fuerte y el otro débil, hay mujeres perfectas y hombre perfectos, mujeres con defectos y hombres con defectos, todos podemos permitirnos hacer lo que queramos”.
“Tendría que haber más oportunidades, más equidad, pues uno ve que siempre los puestos jerárquicos son para los hombres y eso es porque no se les da la oportunidad a las mujeres. Hay ocasiones en que es la misma mujer la que no se facilita, o no se cree merecedora de esa oportunidad, y ahí nos toca hacer “mea culpa” pues a veces tenés que dejar muchas cosas de lado para llegar donde te gustaría llegar, pero con respeto y dignidad debemos reconocer ese logro en los otros y en uno mismo y no es que aquella llegó porque se acostó con uno o con otro y no por su propia inteligencia o esfuerzo”.
“Digo esto porque me ha pasado, que un día venga alguien, una mujer, y me diga: “que lindo que tu esposo te ponga un gimnasio”, quizás su familia está muy bien económicamente y pueden hacer eso por ella y está perfecto, pero nosotros, mi marido y yo, hicimos esto a pulmón, uno al lado de otro. Esto me pareció muy machista: el hecho de que no podamos reconocer el potencial, el esfuerzo y el mérito en otras mujeres, y pensemos automáticamente que detrás de cada logro femenino hay un hombre. Deberíamos evitar juzgar y señalar, pues lo terminamos haciendo entre nosotras”.
“Cambiar implica incorporar el respeto en el propio género, respetarnos unas a otras, valorarnos entre nosotras. Mientras no exista esto la situación de las mujeres no va a cambiar, pues el hombre va a tener siempre el poder sobre nosotras. Aprendamos a aplaudir nuestros logros, nuestro esfuerzo y a reconocerlo. El respeto y la unión son la base de todo; y el hacerlo desde lo positivo, desde la luz”.
“Todos somos ejemplo, desde el lugar que estamos y el rol que ocupamos. Lo que necesitamos son más oportunidades, más respeto, menos violencia y más capacidad de escucharnos unos a otros. Yo a los extremos no los comparto ni del lado del machismo ni del feminismo, pues se termina perdiendo el objetivo de saber encausar lo que querés y como mostrarlo, y se produce el efecto contrario al buscado: el rechazo. La discusión y el debate existen y van a existir siempre, el punto es que éstos siempre se hagan con respeto, eso es lo que permite llegar al consenso”.
Breve Biografía
Nélida Herrera es salteña, tiene 42 años y es instructora, profesora de gimnasia y empresaria. En su infancia hizo atletismo, jazz, karate y música (guitarra). Su padre falleció a los 17 años, cuando ella estudiaba análisis de sistemas y a raíz de eso dejó la carrera, la cual era paga, y empezó un instructorado de gimnasia. Desde los 19 años, cuando se recibió empezó a dar clases en su propia casa y terminó siendo una de las pioneras en el dictado de zumba en la provincia.
Trabajó en el gimnasio Simela desde los 27 años y por muchos años. Trabajó también en el club Gimnasia y Tiro por 17 años dando clases de natación, hasta que puso junto a su marido su propio gimnasio hace 4 años en la calle Santiago del Estero N° 331. Tiene dos hermanas que trabajan con ella: una profesora de yoga y otra de geografía.