DESERCIÓN ESCOLAR: los grandes obstáculos que dejará la pandemia
Un combo de vulneraciones conforma apenas un pantallazo de la realidad de miles de chicas y chicos de la Argentina para quienes estudiar en tiempos de pandemia se volvió una odisea.
- Escasa o nula conexión a Internet.
- Sin computadora ni celular o teniendo que compartir el mismo dispositivo entre varios hermanos.
- Jóvenes que se volvieron parte necesaria de los ingresos económicos de sus hogares, que tuvieron que trabajar y ayudar de alguna forma para salir adelante. Jóvenes cuya educación, hoy más que nuca, pasó a ser lo último en la lista de prioridades.
Por la pandemia, 10.500.000 niños, niñas y adolescentes dejaron de asistir a clases (70% en escuelas públicas). Así lo indica el estudio «Covid-19 en Argentina: impacto socioeconómico y ambiental» de Naciones Unidas. Uno de los problemas centrales es la ausencia o mala conectividad a Internet, lo que dificulta enormemente el contacto con sus docentes. El 18% de los adolescentes de entre 13 y 17 años no cuenta con Internet en el hogar y el 37% no dispone de dispositivos electrónicos para realizar las tareas escolares, valor que trepa al 44% entre quienes asisten a escuelas estatales.
Con este contexto y según advierten los especialistas, hoy la continuidad del secundario se encuentra más en jaque que nunca. La situación es compleja: a los estudiantes que hoy se registran como “ausentes o desconectados” hay que sumar a aquellos que, pese a haber continuado con clases virtuales, podrían dejar la escuela para ayudar a la recuperación económica de su familia en la post – cuarentena.
Según un informe realizado por los Equipos Técnicos de la Unión Docentes Argentinos, ya en el año 2019 el 25% de los alumnos de nivel secundario de escuelas de todo el país abandonaba sus estudios, y la gran mayoría por problemas económicos.
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID), estima que 1.2 millones de estudiantes latinoamericanos no volverán a las aulas después de la cuarentena; en Argentina, una investigación de la Fundación Voz: “Volver a las escuelas: ¿Cómo continuaremos después de la cuarentena?”, estima hasta un 45% de abandono escolar post-pandemia.
Se estima hasta un 45% de abandono escolar post-pandemia.
PROVINCIA DE SALTA
Educación pública:
Educación planea salir a buscar casa por casa a unos 6 mil estudiantes del último año de la secundaria que no se conectaron nunca o se conectaron pocas veces y revincularlos con la escuela.
Según estimó la secretaria de Planeamiento Educativo, Analía Guardo: «Son aproximadamente 12 mil alumnos del último año y estamos pensando en una estrategia que abarque a la mitad». No obstante, la situación (pedagógica) varía de un lugar a otro. Esta tarea sería llevada adelante por los denominados acompañantes educativos del área de Políticas Socioeducativas y los municipios.
Educación privada:
Desde COPRODEC (Consejo Provincial de la Educación Católica) aseveran que las cifras se mantuvieron dentro de un estándar de ausentismo (2%) y se esperan las nuevas matrículas para diciembre.
Suaina, presidente de COPRODEC, informó que cada colegio está comunicando cuándo comenzarán las inscripciones para el 2021 y el costo de las matrículas pertinentes. “Nosotros como COPRODEC no tenemos un porcentaje como años anteriores, que ya se empezaban a manejar cercanos al 30 de octubre, porque la irregularidad de cada institución es dispar. Cada colegio va a ir acomodándose de alguna manera”.
LA ESCUELA, NUCLEO CONVERGENCIAS
A pesar que las “nuevas normalidades” nos refieren datos sobre accesibilidades técnicas/tecnológicas y números preocupantes de deserción a causa de falta de las mismas, no debemos dejar de lado uno de los roles principales que juega la escuela en la vida de los jóvenes, la escuela es más una contención que un lugar de formación. Además de cumplir su rol esencial, el educativo, funcionan como espacios de contención social ante las graves situaciones de vulnerabilidad que viven los alumnos y toda la comunidad.
En la mayoría de las escuelas públicas se sirve al menos una comida al día y se contienen a los chicos quienes cuentan con fuerte déficit emocional en sus hogares.
La suspensión de las clases presenciales y el acceso a las escuelas interrumpen también el acceso a otros servicios y apoyos, ampliando así las brechas de desigualdad.
En paralelo al acompañamiento de las medidas de continuidad educativa, es importante fortalecer las estrategias que garanticen la seguridad alimentaria para los chicos y las chicas más desfavorecidos/as que reciben sus viandas en las escuelas.
En Argentina, el 80% de las escuelas de gestión estatal ofrecen desayuno, almuerzo o refrigerio.
DISPARIDADES
Los cierres preventivos de las instituciones escolares también agravan las desigualdades en materia de educación: las familias económicamente aventajadas suelen tener niveles de educación más altos y más recursos para colmar las lagunas de aprendizaje y ofrecer actividades de enriquecimiento a los/las niños/as que no pueden asistir a la escuela.
Así también, la situación de las diferentes provincias es muy variada, y el impacto en el sistema educativo es igualmente diverso. Los relevamientos realizados dan cuenta de las disparidades entre las regiones, como así también entre distintos grupos de la población, sobre todo entre los hogares en situación más favorable y aquellos que perciben menores ingresos o viven en situación de pobreza.
La pandemia, y las medidas que deben tomarse para abordarla, plantean el riesgo de profundizar estas desigualdades. Es preciso avanzar en la adecuación de estrategias en el corto, mediano y largo plazo orientadas a disminuir las disparidades en la población infantil y adolescente. (*)
* fuente: ANÁLISIS INICIAL DE LAS NACIONES UNIDAS COVID-19 EN ARGENTINA: IMPACTO SOCIOECONÓMICO Y AMBIENTAL