Superposición del sitio

Nota de análisis n°21 MONUMENTO A LA BATALLA DE SALTA: PROPORCIÓN Y CONTEXTO

El 25 de mayo de 1901, se coloca la piedra fundamental del Monumento a la Batalla de Salta, comúnmente conocido como “Monumento 20 de febrero”, en el parque homónimo.

Fue inaugurado al cumplirse el centenario de dicha batalla, el 20 de febrero de 1913. Declarado Monumento Histórico Nacional el 14 de Julio de 1914, por Decreto Nacional n°95.687. El diseño del parque que lo circunda, estuvo a cargo del famoso arquitecto paisajista francés Carlos Thays.

El monumento se erigió en el mismo lugar dónde el Gral. Belgrano, en 1813, había hecho colocar una cruz con la inscripción “a los vencedores y vencidos”, señalando el sitio en que se sepultó a los soldados muertos durante la Batalla de Salta. Esta cruz se guarda hoy en la iglesia Nuestra Señora de la Merced.

PROYECTO Y DISEÑO

Apenas conocida en Buenos Aires la gloriosa victoria del Gral. Manuel Belgrano, el 20 de febrero de 1813, se dispuso realizar un homenaje, el que recién pudo concretarse un siglo después. Se organizó entonces el concurso internacional presidido por una comisión especial de notables, que dará como resultado el proyecto de este monumento, tal vez uno de los más hermosos ubicados en esta ciudad. El ganador fue el escultor español Torcuato Tasso y Nadal.

Con una superficie de dos cuadas por lado, el área total fue dividida en cuatro zonas verdes, delineándose ejes circulatorios en coincidencia con los meridianos del predio. En la intersección de dichos ejes se ubica una primera explanada circular que, además de permitir la continuidad de circulación, rompe con la trama ortogonal brindando al espacio mayor relevancia y jerarquía.

Dentro de este primer circulo se aprecia un segundo de menor diámetro el cual cobra una lectura de “ante sala” al ingreso formando una terraza alrededor del núcleo central. Sobre de este ultimo se coloca lo que será el basamento principal de la obra con una forma cuadrada como buscando despegar el diseño de la base y al mismo tiempo reflejar en los ángulos el contexto en el cual se implantó.

El conjunto escultórico fue diseñado por Tasso y Nadal, quien supervisó todo el proceso de construcción apoyado por el arquitecto Ofredi. Su estructura general nos presenta un triángulo compositivo en cuya cúspide se asienta, sobre un monolito, la estatua de la Libertad que se observa como fundida con el cielo en ofrenda de gloria y eternidad, sin perder su unidad con el basamento inferior en una auténtica concepción neoclásica.

En la base de dicho monolito, se sitúan las cuatro esculturas de los generales Belgrano, Díaz Vélez, Zelaya y Dorrego. En los ángulos del segundo cuerpo se ubican cuatro cóndores que muestran una tremenda y contenida fuerza expresiva. En ese espacio superior, entre ambos cuerpos, representadas en bronce, las cuatro virtudes cardinales, la prudencia, la justicia, la fortaleza y la templanza, significando que la grandeza debe descansar sobre ellas.

El general Belgrano es representado empuñando la bandera con la cruz a su lado, en símbolo de la que él colocó sobre la fosa común de los muertos por la patria. Los bajorrelieves que se observan entre los próceres y los cóndores, representan: la proclama, la jura de la bandera, la capitulación, e ilustran los momentos vividos por nuestros próceres.

En la base de la composición piramidal, se ubican figuras de mujer con el ropaje clásico del neoclasicismo en las cuatro puntas y sobre sus basamentos. En ese mismo nivel, están colocados seis leones rugientes.

Al monumento se accede por cuatro amplias escalinatas que otorgan grandiosidad al conjunto. La altura integral es de veinticuatro metros, desde el suelo hasta la mano extendida de la efigie de la libertad.

Si bien el conjunto desde el punto de vista arquitectónico se cierra en sí mismo, a partir de la base del monolito superior se siente la soltura envolvente, táctil y dinámica de la forma como si se elevara para alejarse de la opresión y llegar a la libertad cuya figura se mueve al influjo del viento.

Los bajorrelieves y la estatua de la Victoria, fueron fundidos en bronce en el Arsenal de Guerra de la Nación: en tanto que las correspondientes a los cuatro generales y los leones del ornamento, en Francia, bajo la supervisión y colaboración de la artista salteña Lola Mora.

La estructura del monumento fue realizada con materiales extraídos de la zona: las piedras del revestimiento fueron donadas por Miguel Ortiz y provenían de la finca Tres Cerritos, el inmenso monolito de piedra de l aparte superior, con piedras obtenidas de la Quebrada de Escoipe.

Por su monumentalidad, su significancia histórica y su valor arquitectónico/urbanístico, el monumento a la Batalla de Salta es sin lugar a dudas uno de los íconos indiscutibles de la ciudad y una de las piezas patrimoniales más importantes no sólo como obra de arquitectura sino también por el valor artístico del conjunto.

Fuente: TESOROS DE LA CIUDAD: Salta «a los cuatro rumbos» – Carmen Martorell