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NOTA DE ANALISIS N°36 DESASTRES NATURALES EN LA ARGENTINA

Con sus 2,78 millones de kilómetros cuadrados, la República Argentina abarca un gran territorio con múltiples climas para que se desarrollen todo tipo de eventos climáticos extremos y catástrofes naturales.

Para los expertos, el cambio climático potencia la fuerza de los desastres ambientales. Las frecuentes inundaciones, incendios, sequías y aludes que tuvieron lugar en los últimos años, ratifican que el país no está preparado para enfrentar catástrofes naturales a gran escala, cuando la fuerza de la naturaleza cada vez más cambiante a causa del cambio climático, se hace notar con violencia sobre alguna de las regiones del país.

«En la gestión de riesgos, los equipos de respuesta deben tener presente la importancia de compartir un lenguaje en común que facilite la comprensión mutua y contribuya a hacer más eficiente el trabajo entre los distintos actores antes, durante y después de una emergencia», destacan desde el Ministerio de Salud de la Nación.

En los últimos 50 años el país sufrió grandes inundaciones, terremotos, aludes y tornados que devastaron los hogares de miles de personas y dejaron cientos de muertos.

Terremotos desbastadores en san juan

Sin embargo, la historia de desastres naturales de la Argentina se remonta mucho más allá. Inundaciones, terribles ráfagas de viento, sequías y temperaturas extremas han ocurrido en los últimos 50 años.

Según una encuesta del Centro Regional de Información sobre Desastres (CRID), las diez peores tragedias naturales de la Argentina están encabezadas por un terremoto, un tornado y una temperatura extrema.

En los primeros lugares figuran el sismo sanjuanino de 1944, el tornado que devastó Santa Fe en 1972 y el terremoto de Caucete. Además, la lista se compone de temperaturas extremas (olas de frío o calor), inundaciones, aludes y hasta epidemias de cólera.

Tornados y epidemias en el norte argentino

En 1973, un tremendo tornado destrozó la ciudad santafesina de San Justo. Con el cielo oscurecido, un calor intenso y vientos de hasta 400 kilómetros por hora, murieron 50 personas y hubo más de 500 heridos.

Más tarde apareció un brote de cólera en el noroeste argentino que causó alarma y que hace poner en marcha una campaña de prevención en todo el país. Los primeros casos de cólera fueron notificados en enero de 1992, en comunidades aborígenes del norte de la Provincia de Salta. El número de casos creció al año siguiente más de cuatro veces, alcanzando una tasa de 6,5 por 100.000 habitantes.

Un año más tarde, salió a la luz el informe final de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, donde se detalló que la sequía que afectó al país desde fines de 2017 hasta abril de 2018, fue la peor en 50 años. La cosecha de soja cayó 31% y la de maíz 20%. El costo total fue estimado en una pérdida de USD 5.895 millones.

Por otro lado, hubo impacto de la sequía en la producción de carne vacuna y lechería que utilizan el maíz y la harina de soja como insumo, por lo que hubo un aumento de los costos del orden de los USD 1.000 millones.

Tormentas y tornados

Existen publicaciones internacionales desde el año 2006 y locales desde 2013 que hacen referencia que en Córdoba se dan las tormentas más grandes y extremas del mundo.

Otras amenazas importantes

Existen otras amenazas de consideración en nuestro país, como lo son los deslizamientos y aluviones (el último ocurrió en Villa La Angostura en 2019). Los deslizamientos son ríos de barro, tierra, rocas, limo, arena u otros elementos saturados de agua que arrastran árboles, rocas, viviendas, basura, escombros, vehículos, destruyendo todo a su paso. Es un fenómeno que se puede predecir dónde va a ocurrir (espacio) pero no cuándo (tiempo).

Se producen tras lluvias intensas y prolongadas, deshielos rápidos, por la poca firmeza del suelo y/o como resultado de terremotos o erupciones volcánicas. Sin embargo, casi siempre, los deslizamientos son provocados por la acción del ser humano: deforestación en laderas, cerros o montañas; formas inadecuadas de siembra en las montañas; construcción de viviendas en laderas, urbanización y caminos no planificados en zonas de montañas.

Erupciones volcánicas y cenizas

Las erupciones volcánicas son el resultado del ascenso del magma y de los gases que se encuentran en el depósito interno del volcán. Están compuestas por una mezcla de magma, gases volcánicos y fragmentos de roca del cerro o montaña que se rompe.

En Argentina, según el Instituto Geográfico Nacional, se registran 37 volcanes activos ubicados en las provincias de Jujuy, Salta, Catamarca, Mendoza, Neuquén, Río Negro, Chubut y Santa Cruz.

“Un desastre no debe confundirse con el evento climático, meteorológico o geológico que le da origen”, sostuvo el experto Andrew Maskrey en un célebre libro llamado Los desastres no son naturales. Un desastre natural, decía Maskrey, es un proceso económico, social, político y ambiental detonado por un episodio originado en la naturaleza.

Es por eso que las llamadas catástrofes naturales conllevan también en gran parte la falta de prevención, la desmedida agresión que realizamos al ambiente con la creciente contaminación de las aguas, la indiscriminada tala de bosques, la crisis de ordenamiento territorial.