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Informe de Coyuntura N° 18

POBREZA E INDIGENCIA EN SALTA

Resulta harto conocido que las autoridades tanto nacionales como provinciales se esfuerzan por no reconocer aspectos que atañen a la vulnerabilidad de la población. Es así que indicadores tales como los que corresponden a la pobreza e indigencia se encuentran siempre por fuera de la agenda pública.

Dada la falta de estadísticas oficiales que permitan reflejar adecuadamente el valor de la canasta básica alimentaria (aquel valor que permite a una familia adquirir cantidad necesaria de alimentos para satisfacer su necesidad en calorías) y el de la canasta básica total (que involucra la adquisición de otros bienes y servicios no alimentarios)  se optó por tomar los datos presentados por FIEL (Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas) con el objetivo de determinar cuál es la cantidad de personas que se encuentran en estado de pobreza e indigencia en la Ciudad de Salta.

Los últimos datos de la Encuesta Permanente de Hogares corresponden al cuarto trimestre del año 2013, por lo que se tomó la canasta actualizada a diciembre del mismo periodo. La canasta básica alimentaria por adulto equivalente llega a los $727,8 (esta línea determina los niveles de indigencia), mientras que la canasta básica total asciende a los $1.294,9 para el periodo señalado.

Si se considera un hogar tipo, dos mayores y dos menores (3,09 adultos equivalentes) el ingreso que tenía que tener una familia para no ser indigente a diciembre de 2013 era de $2.248,9 mientras que para no ser pobre esa misma familia necesitaba contar con un ingreso superior a los $4001,3.

Tomando los datos mostrados arriba se puede arribar a los siguientes resultados que reflejan una vez más la situación de vulnerabilidad de la población de la provincia, sobre todo la infantil.

Como puede verse, más del 46% de los niños en la Ciudad de Salta son pobres, y el 15,36% de ellos son indigentes, ambos porcentajes mayores que el de la población en su conjunto. Fenómeno que se puede explicar por el hecho que en los hogares con menores ingresos la cantidad de niños es mayor.

Si bien no puede explicarse linealmente el fenómeno de la pobreza, algunos determinantes que nos pueden ayudar a entender dicho fenómeno se encuentran en el mercado laboral y en la capacidad que tiene la economía de la ciudad de generar actividades generadoras de ingreso para las familias y los jefes de hogar. En la jurisdicción bajo análisis, los indicadores provenientes del mercado laboral no son los más alentadores:

Presentar los datos referidos a la situación del desempleo de las mujeres, no es para nada azaroso, puesto que la ciudad de Salta cuenta con el porcentaje más alto de toda la Argentina con mujeres jefas de hogar, un 46,9%. Por lo que la falta de acceso a puestos de trabajo de estas afecta directamente a la viabilidad de sus familias.

Para pasar en limpio, los porcentajes expresados anteriormente implican, que en el caso de las mujeres menores de 20 años, una de cada tres no tiene trabajo; de las mujeres menores de 25, una de cada cuatro se encuentra desempleada y en el caso de conseguir un empleo, la probabilidad que el mismo sea en negro es de casi el 50%.

La existencia de un mercado de trabajo segmentado, donde cerca de la mitad de los trabajadores tienen trabajo en negro (Salta ostenta tristemente el tercer peor lugar en el ranking de todas las jurisdicciones nacionales) y donde no se generen la suficiente cantidad de puestos de trabajo a una población demandante tiene que ser el punto de partida de cualquier política pública que involucre una intervención mediante la interacción entre públicos y privados para solucionar los problemas de vulnerabilidad de la población.