Superposición del sitio

Nota de análisis N° 32: Generación Distribuida

GENERACIÓN DISTRIBUIDA: “CREAR” ENERGÍA EN CASA PARA CONTRIBUIR A LA TRANSICIÓN ENERGÉTICA

Características de un sistema que suma cada vez más adhesiones en la Argentina.

Estamos habituados a trabajar desde casa con la computadora y el celular cargándose, mientras en el lavarropas se limpian las prendas sucias de la semana y se prepara un almuerzo en el horno eléctrico. Todas estas opciones son posibles gracias a la energía y hay dos formas de obtenerla: a través de la red tradicional de distribución o mediante el uso de paneles solares instalados en cada hogar.

¿Por qué en 2020 más argentinos se sumaron a la segunda opción? Porque esta alternativa produce menor generación de emisiones contaminantes, menor uso de la energía procedente de la red y menor gasto en la factura de electricidad.

Entre las múltiples definiciones existentes, se podría resumir que la generación distribuida implica un punto de generación de energía a partir de fuentes renovables (como la solar) que se conecta a la red de distribución. Ese punto puede ser una casa o una industria en la que los usuarios “pierden” la exclusividad de ese término y pasan a ser prosumidores. Es decir, son usuarios y generadores de energía a la vez: usan la energía procedente de los paneles (autoconsumo) y devuelven (inyectan) el excedente de energía que generan a la red.

Cómo funciona el sistema: el caso argentino

A fines de 2018, se reglamentó la ley que dio lugar a la creación del “Régimen fomento a la generación distribuida de energía renovable integrada a la red eléctrica pública” (ley 27.424) que le dio el marco normativo necesario a la generación distribuida en la Argentina. A medida que las provincias fueron adhiriéndose a la ley, varios usuarios buscaron convertirse en prosumidores.

Precisamente, en 2020 se triplicaron los usuarios-generadores respecto de 2019 y se registró un aumento interanual del 304 %, según informó la Secretaría de Energía argentina. Hasta fines de 2020, eran 12 las provincias adheridas a la ley con Córdoba liderando la cantidad de usuarios-generadores.

El principal propósito de la ley es generar energía para el autoconsumo y, en el caso de tener excedentes, inyectar a la red, de hecho, la Secretaría de Energía de Argentina define a la generación distribuida como “el uso de fuentes de energía renovable para generar energía eléctrica destinada al autoconsumo y, a su vez, inyectar el excedente a la red de distribución”.

A diferencia de lo que se pudiera pensar, es en el autoconsumo donde se encuentra el mayor beneficio económico para el usuario-generador. ¿Por qué? Porque toda esa energía procedente de los paneles solares que utiliza equivale a energía que deja de usar de la red y, por lo tanto, de pagarle a la distribuidora. El beneficio económico está más en lo que uno deja de comprarle a la distribuidora que en lo que uno pueda inyectar a la red.

La instalación del sistema fotovoltaico apropiado en general no puede realizarse al azar. Ahí entran en escena los instaladores. Uno de los principales desafíos es valorizar al instalador como parte integral e importantísima de las obras. En general, se asume que es un trabajo de baja calidad y conlleva mucha dedicación, herramientas y conocimientos continuamente actualizados, explica Pablo Maril, técnico electrónico matriculado que les ofrece servicios de instalación a las empresas que venden los equipos, y reconoce lo que esto también implica para su profesión: “Como instalador, uno de los desafíos más importantes es estar actualizado, activo y tratar de ser competitivo sin resignar nunca la seguridad. Es un camino de continuo aprendizaje y capacitación porque hay mucha actualización de equipos”.

¿Es elevado el costo de la instalación de un sistema solar fotovoltaico para la generación distribuida? El socio de Energe reconoce que la inversión es cara y que tiene un período de amortización de entre ocho y 10 años, pero advierte: “El cliente no lo piensa en términos económicos, son clientes que quieren que la fuente de energía de su casa sea renovable”.

Luego de la consulta con un proveedor de equipos de generación distribuida o instalador calificado, se inicia un trámite a través de una plataforma digital para habilitar el equipo y convertir al usuario en usuario-generador. Esta tendencia creciente durante la pandemia también fue advertida. Al estar más tiempo en sus casas y trabajar desde allí, la gente empezó a invertir en ellas y ser más conscientes del consumo de energía que realizaban.

¿Por qué la generación distribuida es importante en el contexto de la crisis climática?

El sector energético es el que genera más emisiones de gases de efecto invernadero —que contribuyen al cambio climático— en la Argentina (53 %). Para que el país cumpla con sus compromisos asumidos en el Acuerdo de París y, como parte de una política internacional que busca limitar el calentamiento global, se debe acelerar la transición hacia fuentes de energías más amigables con el ambiente.

Es en esa transición donde la generación distribuida puede tener su aporte. Así lo afirman y explican desde la Asociación de Mujeres en Energías Sustentables: al usar menos energía de la red que procede de la quema de combustibles fósiles y reemplazar ese uso por energía procedente de una fuente renovable como los paneles solares, el usuario-generador contribuye a una menor emisión de dióxido de carbono (CO2, principal gas de efecto invernadero) de la energía usada.

La transición energética se ve acompañada de unas energías renovables cada vez más competitivas e, incluso, como la principal fuente que se mantuvo y creció durante el 2020 de la pandemia, según el último reporte de la Agencia Internacional de Energía. Y el hecho de que la solar sea la fuente de electricidad más barata de la historia –conforme la Agencia— repercute favorablemente en países con potencial como la Argentina. Ya tenemos productos y precios a nivel mundial, es decir, sale lo mismo en Argentina que en cualquier parte del mundo y esa es una ventaja importante.

¿Es todo color de rosas para la generación distribuida? No. Desde la Asociación enumeran algunas dificultades para seguir de cerca: la generación distribuida que va en detrimento de las distribuidoras porque, en general, los usuarios que se desconectan de la red son los mejores pagadores o los de mayor poder adquisitivo a nivel residencial.

Quizás el mayor desafío —o tal vez oportunidad— estará, como señalan desde la Asociación, en ver cómo transformar la generación distribuida en una política de democratización de acceso a la energía. Es decir, que sea la oportunidad para incluir las zonas rurales aisladas con necesidades y a aquellos grupos que se encuentran por debajo de la línea de pobreza energética.

 

Fuente: Infobae- Multisolar Agencia-Ecohouse